D. José Sotero Lazo, pluma y tinta
que retrataron la nación del siglo XIX
Paúl Martínez |
Fototeca Nacional Universitaria - UNAH |
A mediados del siglo XIX en la ciudad de Nueva York, Harper & Brothers publicaba los relatos de un viaje realizado por un explorador estadounidense que recorría la región centroamericana, más específicamente Honduras. Debido a las rutas marítimas de la época, su ingreso a nuestra nación se realiza vía Nicaragua solo que, a la inversa de lo que se llamó en aquel entonces la Ruta del Tránsito, su viaje en realidad inicia en el año 1854 con la salida de la ciudad de San Francisco, California. Después de una travesía de trece días por las aguas del Pacífico arribaba al puerto de San Juan del Sur en Nicaragua: casualidad o destino, el barco de vapor que aborda en San Francisco se llamaba "Cortez" uno de los más célebres nombres en la historia de la conquista americana por parte de la corona española y que también realizó un viaje de exploración a nuestro país un poco más de tres siglos atrás que el viaje realizado por William V. Wells. La ruta tomada desde ese momento es fácil de seguir a través de la lectura del libro editado ahora en diferentes idiomas. El tema que abordaremos en este escrito es la parte ilustrada y cómo nos ayuda a reconstruir la historia de nuestra nación éste registro gráfico realizado en parte por D José Sotero Lazo, dibujos que aparecieron en el primer tiraje del libro realizado en 1857: Exploraciones aventuras en Honduras.
Si bien es cierto que el viaje de Wells obedece a fines comerciales y busca como objetivo principal la explotación aurífera en la región del departamento de Olancho, sus descripciones concernientes a la flora, la fauna, tradiciones, personajes, etc, nos muestran un retrato de nuestras naciones que difícilmente encontraremos en otros escritos. Estos relatos están marcados claramente por la visión de un norteamericano en plena doctrina expansionista de los Estados Unidos de América, pero describen de una manera pocas veces vista a la sociedad centroamericana de ese entonces, esa quizá, sea la trascendencia de esta obra.
Pese a su marcada tendencia en creer a la sociedad estadounidense muy superior a las sociedades del resto del mundo y muy especialmente superior a la de los pueblos centroamericanos, Wells nos retrata desde su particular punto de vista, pero nos enseña buena parte de lo que era la Honduras de mediados del siglo XIX. Parte de esa Honduras ha sido retratada por D. José Sotero Lazo, sus ilustraciones acompañan el escrito de Wells publicado en 1857 y se han incorporado a diferentes ediciones del libro realizadas posteriormente. Poco sabemos de la vida de José Sotero Lazo, excepto por un par de dibujos aislados de él, solo conocemos su trabajo realizado en este viaje como acompañante de Wells. El presbítero José Trinidad Reyes, menciona un retrato realizado por Sotero Lazo, señalando que ha sido bien recibida y, como de todos es sabida la enemistad entre el padre Reyes y el viajero Wells, extiende quizá esta querella al artista Sotero Lazo dedicándole un Epitafio bastante hiriente al fallecer éste. El padre Reyes titula a una de sus "ensaladas" con el nombre "A un Judío Neoyorkino", en donde arremete contra Wells y sus afanes imperialistas. Este escrito se encuentra desgraciadamente perdido pero se rescata de él la octava dedicada al epitafio de Sotero Lazo, en la que el padre Reyes le tilda de "Mister Sátiro" sin que sepamos a ciencia cierta el porqué de este título, seguramente la inquina entre Wells y el presbítero salpicó también al artista.
De D. José Sotero Lazo sabemos que nació en la ciudad de Tegucigalpa un 22 de abril del año 1822. Sus padres fueron D. Francisco Lazo y Da. Rafaela Fiallos, de su formación artística se sabe poco, algunos autores afirman que estudió en Europa, más concretamente en Inglaterra, de ahí su manejo del idioma inglés que le permitió trabajar con Wells. El mismo Wells en el Capítulo XIII de su libro describe así su incorporación al viaje que preparaba para Olancho: "...Había hecho una nueva amistad: la del señor L. de Tegucigalpa quien me acompaña como dibujante, por su cuenta propia y cuyos dibujos que me mostró antes encontré muy buenos. Pronto hallé en él un agradable compañero, siendo de gran utilidad por su conocimiento de las gentes...”.
En el libro, siguiendo la costumbre editorial de no mencionar nombres propios de personas en las publicaciones de la época, cuando Wells escribe el Sr. L, se refiere a Sotero Lazo. Antes de su incorporación en el Capítulo XIII, vemos apenas 20 ilustraciones, incluyendo 12 de Nicaragua que aparecieron publicadas dos años atrás en publicaciones de Squier y dos de Tegucigalpa, también publicadas dos años antes por el mismo Squier. Es a partir de la incorporación de Sotero Lazo a la expedición que aparecen 43 ilustraciones más, aunque no sabemos con certeza cuántas le corresponden a él su autoría, pero que sin duda alguna suponemos que su aporte fue sustancial. Sus bocetos seguramente ayudarían a los ilustradores de Harper's en New York a hacerse una idea más clara de los dibujos que deben acompañar a las narraciones del viaje realizado por el explorador estadounidense. Es en el Capítulo XIV, cuando Wells escribe su estadía en la zona de Campamento, Olancho, que describe haber acompañado a Sotero Lazo para dibujar "…Una neblina fría, más de Terranova que de climas tropicales, cayó como un paño mortuorio sobre la montaña y los bosques, cuando salimos con L. a un cerro vecino para hacer un dibujo del lugar...” Recordemos que Wells se refiere a José Sotero Lazo, como el Sr. L.
Esta misma ilustración aparece en un artículo titulado: Adventures in the Gold fields of Central America, que fue publicado en 1856 por Harper's New Monthly Magazine y, aunque el mismo es anónimo, su autoría por el tema que toca en sus líneas es sin lugar a dudas obra de Wells. La descripción del dibujo en esa publicación le llama Chichicastatres, planta que por sus hojas urticantes no es muy apreciada por aquellos extranjeros que han sufrido con el simple roce de una de ellas.
En la edición de 1857, de Nicaragua se incluyeron 12 ilustraciones, siendo su acabado y su técnica muy similares a las de Honduras, todas aparecieron publicadas anteriormente en un artículo de Ephraim George Squier titulado Nicaragua An Exploration from Ocean to Ocean, que se publicó en Harper's New Monthly Magazine No. LXV, Vol. XI en octubre de 1855. Llama la atención la firma que aparece solo en algunas de las ilustraciones y que se lee: H.C. del, la firma se encuentra siempre en la esquina inferior izquierda de estas ilustraciones. Precisamente una de las ilustraciones más conocidas del libro y a la que muchos autores acreditan como hecha por Sotero Lazo tiene esta firma, la famosa imagen de las iglesias de la Catedral y de La Concepción solo que la misma apareció en la publicación de 1855 titulada: Notes on Central America particularly the States of Honduras and San Salvador: Their geography, topography climate, population, resources, productions, etc., etc., and the proposed Honduras Inter-oceanic Railway, editado por AMS Press de New York, y cuyo autor es Ephraim George Squier.
Aunque no podemos vincular a Sotero Lazo con la autoría de esta ilustración, vale la pena reflexionar sobre ella, no está demás mencionar la belleza que mostraba la ciudad capital a mediados del siglo XIX, limpieza y gusto arquitectónico que en gran medida hemos perdido en la actualidad, pero que ilustraciones como esta nos permiten admirar. Ahí radica la importancia de conocer y profundizar estudios de nuestra memoria gráfica, las ilustraciones que acompañan a infinidad de publicaciones realizadas a todo lo largo del siglo XIX nos enseñan cómo era nuestra sociedad en ese momento, nos permiten viajar al pasado y conocer nuestros orígenes como Nación. El ilustrador del siglo XIX-que hacía las veces del moderno fotógrafo documental- al pararse a bocetar en un sitio cualquiera de nuestras naciones, nos legó en su arte un fragmento de nuestra historia, retazos del pasado que estamos en la obligación de reunirles para construir la línea de tiempo del arte y sus creadores, así como la historia implícita en él.
Para reproducir las ilustraciones de esta investigación y de la exhibición que se muestra de ellas, se ha hecho un escáner de las que aparecen en la edición original del libro realizada en 1857. La descripción del capítulo en la que se encuentran y el lugar geográfico en donde se ubican, también corresponde a esta primera edición, las citas en español que se han utilizado en esta muestra se tomaron de la tercera edición del libro, realizada en 1982 por la Editorial Universitaria Centroamericana.
La descripción de lugares, objetos personas, animales, plantas y otro sin fín de elementos que era la América Central de mediados del siglo XIX es lo que hace valiosa esta publicación. Si a esto le sumamos el aporte a las ilustraciones realizado por el artista Sotero Lazo, encontramos más valor a su estudio, a su análisis, a su difusión. No sabemos a ciencia cierta la cantidad de dibujos sobre Honduras que realizó Sotero Lazo de los que aparecen en la edición original del libro; conocemos poco del arte hondureño anterior al siglo XX, pocas investigaciones se han ocupado de este tema, pero los apuntes y bocetos de Sotero Lazo para este libro significaron sin duda un aporte sustancial al mismo. Sus obras le convierten en el artista que nos enseña cómo era la Honduras de su tiempo, a través de su pluma nos describe la sociedad en que le tocó vivir, con su tinta nos transmite las vivencias, la cultura y el paisaje que nuestra Nación tenía siglo y medio atrás.