Miguel Ángel Ruíz Matute: bocetos de sus primeros años de artista

Por Paúl Martínez. Universidad Nacional Autónoma de Honduras, Fototeca Nacional Universitaria


Una vida dedicada al arte, un arte dedicado a enaltecer la vida

Miguel Ángel Ruíz Matute nació en la ciudad de San Pedro Sula el 1 de marzo del año 1928 y falleció en Londres, Inglaterra, el 23 de diciembre del 2018. Ha sido uno de los más destacados artistas plásticos del siglo XX hondureño, su obra se encuentra en reconocidas colecciones públicas y privadas tanto en el país como en el extranjero. Y si bien su formación y carrera artística ha sido desarrollada en el exterior -principalmente en México, España e Inglaterra-, su apego a la nación que le vio nacer le llamaba a retornar cada cierto tiempo a pintar y exponer su obra a lo largo del último medio siglo en distintos salones nacionales, asombrando siempre al espectador de sus cuadros con su color, sus texturas y el perfecto dominio de las formas que le permitía alterarlas a su voluntad, haciendo con ellas lo que pocos artistas han conseguido lograr. De su temprana formación sabemos poco, como poco sabemos de los primeros artistas que se formaron en la que fuera entonces la recién creada Escuela Nacional de Bellas Artes (1940) y que daría los primeros conocimientos a una generación de oro en la plástica nacional -Ruíz Matute entre ellos-.

Escribió Moisés Becerra (1926-2018) en una entrevista realizada en Madrid en el año 1965 y publicada en la emblemática revista Extra que editaba en Honduras el poeta Oscar Acosta (1933-2014) que el maestro Ruíz Matute prefería la espátula al pincel al momento de pintar sus cuadros, muestra del cambio de técnica y estilo pasada ya poco más de una década luego de realizados los bocetos hoy compartidos. Preguntó en 1965 el maestro Becerra: «¿Por qué usas la espátula y no los pinceles?» y respondió Ruíz Matute: «Con la espátula obtengo frescura en los colores, nitidez y precisión en los dibujos, con los pinceles me sería imposible conseguir la textura que quiero, por esto rara vez hago uso de ellos» (Becerra, 1965, p. 40).

 

64962915c63710 Ficha

 


El boceto en el arte de Ruíz Matute

Quizá el proceso de aprendizaje de los artistas sea el menos conocido de toda su trayectoria. Ello pese a que los bocetos o sus primeras obras realizadas nos enseñan tanto sobre su evolución temática y su estilo particular, prueba de ello son los bocetos compartidos en la presente muestra. Están realizados sobre hojas sueltas de papel con tinta negra aplicada con pincel seco, no hay huella de dibujo previo antes de aplicar la tinta en trazos sueltos y enérgicos, pero a la vez precisos y sobriamente aplicados. Cada uno de estos bocetos mide 38 x 28 cm y están dibujados en ambas caras del papel, tanto en el anverso como en el reverso de la hoja hay dibujos trazados, la mayoría de ellos de mujeres en distintas faenas cotidianas, desde el caminar, baile o ventas en un mercado popular. No tienen fecha, pero sí la firma del artista. Las figuras por su atuendo nos hacen inferir que los bosquejos fueron realizados entre 1952 y 1953, años que coinciden con su estadía en México y de ahí la conjetura que fueron dibujados por esas fechas pues la vestimenta de las modelos es de claro estilo mexicano, muy distinto al atavío de la mujer hondureña por esas épocas o más recientes.

Ahora bien, es cierto que los dibujos acá reseñados parecen estudios previos o bosquejos de estudiante, pero muestran ya un dominio técnico inmejorable que demuestra proceden de un artista de primer nivel: seguro en el trazo, magnífico dibujante y capaz de resumir en pocas pinceladas la vida cotidiana de las mujeres retratadas, algo que parece sencillo de resolver, pero que solo un artista completo puede conseguir. Que estén trazados con un pincel los vuelve más complejos de realizar, pues este tipo de técnica requiere de seguridad y dominio pleno del trazo, no hay segundas oportunidades, no hay manera de borrar lo hecho y corregir, elegir esta técnica significa tener la habilidad manual de dominarla y ejecutar el dibujo a la perfección y ello -insistimos-, solo lo consigue un artista consagrado. 

Existe también un dibujo de similar realización a los bocetos referidos, que es un retrato del artista mexicano Alberto Carlos Díaz (1925-2000). Este dibujo en particular nos presenta la duda de si los bocetos acá presentados forman parte de un conjunto mayor, o sí el maestro Matute utilizaba estas páginas sueltas para diferentes proyectos, como una costumbre propia o práctica común para una obra en particular, pueden ser también asignaciones en alguna clase de dibujo de su estadía en México, no lo sabemos con certeza. Son los vacíos en nuestra historia del arte que la carencia de estudios y acceso a las fuentes nos obligan a padecer en espera de nuevos aportes a dicha historia. Ahora bien, Ruíz Matute no es de los artistas que puedan encasillarse fácilmente, de hecho, la última vez que tuve oportunidad de verle fue precisamente el año de su deceso en un hospital capitalino en donde se realizaba un tratamiento médico y le visitamos junto a otra gran figura del arte hondureño como lo es Evaristo López Rojas (1941-2023), llevábamos un conjunto de retratos por Ruíz Matute realizados para el libro Paisajes de la memoria a propósito de Max Euceda, una publicación impresa en la histórica Litografía López que honra a distintos literatos nacionales que de una u otra forma estuvieron ligados a la vida del maestro Matute. El punto es que Evaristo deseaba regresarle estos originales, a lo que él declinó y le dijo sin titubear que los conservara.

Años atrás, Evaristo me comentó el cómo se crearon estos retratos. Cuando surge la idea de ese libro allá por el 2007, Ruíz Matute le visitó una mañana en las instalaciones de la Litografía López solicitándole le permitiera elegir papeles de los que pudieran sobrarle en los impresos varios que la imprenta realizaba, Evaristo le mostró algunos sobrantes de distintos materiales y Matute eligió varios cartones satinado mate que se llevó a su estudio. Sobre esos materiales con un sencillo lápiz tinta negro -de los llamados bolígrafos de una reconocida marca-, con ese humilde instrumento creó soberbios retratos de figuras de la literatura nacional publicados en el libro como exorno a los relatos de sus vivencias con cada uno de ellos. En algunos de estas ilustraciones, el artista dejó inclusive el corte irregular del papel -recordemos que han sido tomados de material sobrante de impresiones off set-, siendo su figura no simétrica sino trapezoide en algunos de ellos. Reseñó este relato pues nos demuestra que Ruíz Matute no siempre seguía convencionalismos, siendo la mayoría de las veces espontáneo y por lo mismo bastante impredecible. Razón por la que pasados ya tres cuartos de siglo desde la elaboración de los bocetos en esta muestra compartidos, difícil es decir con certeza las razones por las cuales el artista los realizó, quedando quizá para siempre la duda de su verdadera utilidad en la creación del maestro Ruíz Matute. Lo que sí es loable es el cuidado con el que en todo este tiempo han sido guardados, lo que les ha hecho conservarse bien, excepto por la coloración amarilla del papel, la que se ha remarcado con el paso de los años.

…vivo para la pintura…

Para concluir, Miguel Ángel Ruíz Matute expresa de su propia voz la manera de entender el arte y su labor como artista en una entrevista a él realizada en el año 1968:

Quiero que me entiendan todos -dice- vivo para la pintura, respiro mi aire sin envenenarles el aire a los demás. Amo la libertad y la pintura y soy un artista resignado a vivir sin patria, sin hogar y sin familia, en mi mundo de color y creación (Suazo, 1968, p. 27).

Categórico y directo como siempre lo fue, el artista admite en la cita precedente renunciar a todo en busca de la felicidad de vivir inmerso en su arte, creando y mostrando en cada lienzo su visión del mundo. Pocos artistas del país pueden mostrar el prolífico portafolio de obras del maestro Ruíz Matute, menos aún han podido alcanzar la calidad técnica y temática por él logradas, reto enorme que queda para las nuevas generaciones de artistas que conociendo la creación de grandes maestros del pasado encuentren en ellos el ejemplo y la decisión de crear su propio legado para merecer un espacio en la historia del arte hondureño.

Tegucigalpa, Ciudad Universitaria José Trinidad Reyes, 15 de junio de 2023


BIBLIOGRAFÍA

Suazo, F. (1968). Miguel Angel Ruiz Matute y su obra. En revista Extra, abril 1968. Año III. No. 31. Tegucigalpa: editada por Oscar Acosta. pp. 25 y 27.

Becerra, M. (1965). Pintores Hondureños en Madrid. En revista Extra, noviembre 1965, Año I, No. 04. Tegucigalpa: editada por Oscar Acosta. pp. 35-43.

 

Sombra4 copia3

  

11 Ficha2


 2 Ficha22


33 Ficha2


 4 Ficha24 


 55 Ficha3 


 6 Ficha26 


 77 Ficha2 


 8 Ficha28 


 99 Ficha2 


 10 Ficha210

 

Contáctenos

Centro de Arte y Cultura
Barrio Concepción, entre segunda y tercera avenida, séptima calle, frente al Parque La Libertad, Comayagüela, M.D.C. Honduras
cac@unah.edu.hn
2216-5100
Ext. 100797
Cerrar
Calendarios 2024 Portal de Estadística Comunicados 2023