Armando Lara Hidalgo: el boceto como obra de arte

Por Paúl Martínez. Universidad Nacional Autónoma de Honduras, Fototeca Nacional Universitaria

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El arte como forma de entender y representar la vida

Armando Lara Hidalgo nació en la ciudad de La Lima el 21 de octubre de 1959, atraído desde pequeño por el dibujo y por dejar plasmado en papel el mundo que le rodeaba. Quizá por ello ha dedicado en los primeros años de la década de los noventa del pasado siglo XX obras que retratan la vida alrededor de la industria del banano, actividad económica que marcó su impronta a ciudades como La Lima, El Progreso o La Ceiba en la costa Atlántica hondureña y a decir verdad, a toda la nación. Su innata curiosidad e inclinación al arte le fue creando en su infancia y adolescencia el deseo de estudiar más a fondo el dibujo y la pintura de una manera profesional, pese al dominio que de ellos ya demostraba sin ninguna formal instrucción en el arte y su práctica.

Su cuna humilde marcaría la temática impresa en sus primeras obras. Tampoco hay que obviar el contexto social y cultural del tiempo de sus estudios en la Escuela Nacional de Bellas Artes, institución de la cual egresa iniciando la terrible década de los ochenta marcada por la guerra civil en los hermanos países de la región centroamericana y un serio conflicto de intereses geopolíticos de las grandes potencias en nuestra nación. En una apretada síntesis ese era el tiempo en el cual el artista egresa de la institución para iniciar su camino formal en el arte de la pintura. Tiempos difíciles para Honduras, Centroamérica y el continente americano en general. Tiempos difíciles para hacer arte comprometido con la situación social de su pueblo y de su nación.

Desde esa ahora lejana inicial década de producción artística, el boceto fue una herramienta de primer orden para el artista Lara Hidalgo, y de ello trata la presente muestra que reúne una reducida selección de bocetos y obras de esos primeros años, así como algunos bocetos de años posteriores en donde se aprecia la evolución de su dibujo, sus bosquejos y también de su temática, composición y realización técnica de la obra final, todo ello fielmente reflejado en sus dibujos previos. No pretende esta selección ser una definitiva reunión de bocetos y obras del artista, su elección ha dependido en gran medida de la disponibilidad del registro fotográfico de esas pinturas que casi medio siglo después de ser realizadas simplemente se ha perdido por distintas causas su ubicación actual y que en esos lejanos años su registro documental fue realizado de manera visionaria por Evaristo López Rojas (1941-2023), fotografías que en el presente nos permiten realizar esta muestra y analizar mejor dichas pinturas al conservar el artista Lara Hidalgo los cuadernos de bocetos con los cuales hizo las obras en lienzo que también compartimos.

Armando Lara Hidalgo. El tren. 1992.
Armando Lara Hidalgo. El tren. 1992.

Armando Lara Hidalgo. El tren. Acrílico sobre tela. 1992. Esta obra forma parte de la serie en donde el artista retrata el entorno de la costa Atlántica que gira alrededor del enclave bananero. Fotografía por Evaristo López Rojas en película reversible en color formato 120mm. Ca. 1993

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El boceto como arte y herramienta clave de la producción artística

Suele minimizarse en el presente la realización detallada de un boceto o de dibujos previos a la creación final de una obra. Pero la verdad es que el boceto ha sido parte de la obra final a todo lo largo de la historia universal del arte, como estudio, como experimento o como auxiliar que ayuda a definir la obra final, ya sea ésta pintura, dibujo, escultura o cualquier variante o disciplina de las muchas creaciones del arte, especialmente en la modernidad, en donde la aparición de nuevos medios ha creado una amplia e interminable lista de técnicas, estilos o escuelas que hacen difícil la definición del arte o de encasillar la obra en una disciplina en particular. Aunque en el presente caso las cosas se faciliten por ser Lara Hidalgo un amante del arte clásico y un riguroso practicante de los procesos históricos del dibujo o de la pintura. Y ello -debemos aclarar-, no le resta modernidad a su creación, ya que Armando Lara Hidalgo es uno de los más grandes exponentes del arte contemporáneo hondureño, y no hablamos de términos de tiempo o cronología, sino de innovación artística, temática y de formas nuevas de exhibición del arte, por ello no dudamos en decir que es a todas luces un artista moderno, fusión perfecta del arte clásico y de la modernidad.  

Como párrafos atrás mencionamos, las primeras obras del artista Lara Hidalgo nos es posible estudiarlas en base al registro documental de Evaristo López Rojas. Para las obras de la década de los noventa del pasado siglo XX, la amistad que ha unido al artista con el documentalista Mario López ha permitido tener el registro de sus obras de esos años. Para los bocetos, se han digitalizado con un escáner los dibujos originales, algunos de hojas sueltas y la mayoría de cuadernos de dibujo que Lara Hidalgo ha conservado desde sus primeros años de creador, prevención que debe imitarse por todos los artistas del país -emergentes como consagrados-, que permite poder realizar de mejor manera estudios académicos sobre el arte nacional, y esta exposición que hoy compartimos es una prueba de ello pues lo único que le ha hecho ser posible es el acceso tanto del registro fotográfico con originales de alta calidad y los dibujos realizados en papel y conservados por el artista por las últimas cuatro décadas de su producción artística. Sin esos originales este tipo de estudios serían casi imposibles de realizar, lo que nos demuestra la trascendencia del registro documental y su conservación ante el paso ineludible de los años. Documentar, conservar, estudiar y difundir el legado artístico es fundamental para tener una tan necesaria historia del arte nacional. 

Otro elemento clave para desarrollar esta muestra ha sido la práctica del artista de crear catálogos impresos de sus exposiciones y participaciones en eventos nacionales e internacionales, material gráfico que al conservarse nos muestra los datos técnicos necesarios para entender mejor la obra, pues además de proporcionar título, técnica, dimensiones y años de realización, nos permiten situar la creación en su contexto histórico, social o cultural, pues no es lo mismo admirar una obra aislada que encontrar aquellas que comparten temática, composición o estilos del mismo artista, pues no es errado afirmar que el paso del tiempo cambia las obras de arte pues obedecen a etapas distintas de producción, criterios o inclinaciones estéticas o de composición de su creador. Los catálogos de arte son materiales gráficos que al mostrar una obra junto a aquellas creadas al mismo tiempo o que pertenecen a los mismos años de ejecución o de hecho han sido parte de la misma exposición se convierten en una herramienta fundamental para realizar estudios del artista y de su creación cuando pasan décadas o siglos inclusive, estos impresos son en muchos casos el único testimonio de los eventos artísticos ante el movimiento de las obras según sea su adquisición por instituciones o coleccionistas privados que hace imposible el reunirlas nuevamente, exhibirlas o compararlas. 

Presentamos el boceto y la obra final de las pinturas: Ecos (1987), Los cerditos (1987), Los niños, la paz y la casa invadida (1988), El gran bacanal (1988) y Vendedora de pan (1989), que guardan entre sí cierta temática y estilo artístico propio de los primeros años de creación del artista Lara Hidalgo. La composición y estilo pictórico cambian hacia la siguiente década, más cercano a lo que de manera rápida podríamos llamar el estilo que conocemos en la actualidad del artista, iniciando con las obras: Viejas cadenas (1995), Hermanos contra hermanos (1995) y Eva (1996), las que guardan ya una similitud técnica y pictórica más cercana con las obras que nos son más familiares del artista en el presente. Compartimos también el boceto de las obras Interior I e Interior II, pinturas que fueron parte de la exposición Comunicación interrumpida que fue presentada en el Museo de Arte Contemporáneo de Panamá en 1999 y que Leticia de Oyuela (1935-2008) así reseñaría: 

Morfológicamente la obra está exactamente integrada con una composición realizada mediante la cuadratura del lienzo, la antigua proposición cubista que da equilibrio a la composición en que Armando está presentando una vez más su placer, dentro de un simbolismo esplendoroso de la figura humana, cuerpos humanos que para esta vez se manejan dentro de la regla áurea, con una visión no fisiológica sino más bien física (como pueden ser cuerpos, pueden ser figuras, máquinas o hasta posibles satélites o como las bolas de colores que usa Steiger en sus animaciones para video), es decir, Lara está usando cuerpos como representaciones simbólicas. Cassirer nos explica que los símbolos no son simples herramientas o mecanismos del pensamiento, ellos son el funcionamiento del pensamiento; son formas vitales de actividad y los únicos medios de que disponemos para hacer realidad y descubrir el mundo (Silva de Oyuela, 1999, p. 2). 

un simbolismo esplendoroso de la figura humana… exacta manera de describir el arte de Lara Hidalgo por la historiadora emblemática del arte nacional Leticia de Oyuela. Presentamos también el boceto de la obra titulada Retorno a la armonía del año 2000, en donde ya el artista hace uso del color desde el bosquejo mismo, a diferencia de sus bocetos habituales en donde es el lápiz grafito su técnica predilecta, lo que en los últimos años en ocasiones realiza, agregando color a sus acabados bocetos, aunque no siempre este cromatismo presente en el dibujo de bosquejo permanezca en la obra final ya realizada, por lo que siguen predominando los dibujos en grafito como estudios preparatorios. A diferencia de los otros bocetos en esta muestra compartidos, en Retorno a la armonía encontramos la utilización de medios mixtos, marcando el dibujo de las figuras con trazos lineales de tinta y marcador fino, dando el volumen de las formas con acrílico diluido a modo de acuarela y con una pincelada más espontánea, distinta al acabado casi perfecto de su pincel en las pinturas finales.

Hermanos contra hermanos: la eterna historia de lucha entre Caín y Abel

Desde que un desencantado Pablo Zelaya Sierra (1896-1933) pintara en 1932 su obra Hermanos contra hermanos atribulado por las luchas fratricidas que encontró a su retorno a Honduras luego de estudiar y residir en Europa, el tema de las luchas sin sentido entre compatriotas ha sido recurrente en el arte nacional. Quizá porque recurrente también han sido estas luchas sin razón enfrentando a un hermano contra otro hermano. Armando Lara Hidalgo no es la excepción a la regla y pintó en 1995 su obra también titulada Hermanos contra hermanos. Decimos de Zelaya Sierra desencantado maestro pues a su regreso a la patria añorada encontró una Honduras destrozada por las guerras civiles del primer cuarto del siglo XX, en especial la más conocida del año 1924 que significó la destrucción de buena parte de la arquitectura y entramado social de las ciudades de Tegucigalpa y Comayagüela y que en 1932 se rememoró al suceder la llamada Revuelta de las traiciones, una más de las tantas montoneras sufridas por la población hondureña esta vez liderada -de nuevo- por el tristemente recordado general Gregorio Ferrera (1880-1931). Todo este ambiente nacional de luchas intestinas caló hondo en el alma del maestro Zelaya Sierra, quien para muchos murió de dolor por la patria ensangrentada a sus escasos 37 años de vida.

La obra de Lara Hidalgo es un homenaje inspirado en la pintura homónima de Pablo Zelaya Sierra, que si bien la original fue hecha hacia 1932 retratando una confrontación estéril entre hermanos de la misma sangre y de la misma nación, la obra en ella inspirada de 1995 igual retrata la misma nación enfrentada entre sí por temas políticos e intereses ajenos a la hondureñidad, una muestra de las dificultades históricas que venimos arrastrando desde una centuria atrás que dos artistas distantes sus obras por casi tres cuartos de siglo, tocan la misma problemática aún no resuelta y que estamos seguros que en pleno siglo XXI no hemos todavía dejado atrás. Otra prueba de que el arte puede ser un válido documento histórico y social que trasciende eras, países e inclusive civilizaciones. Nos hemos detenido es esta obra en particular precisamente por su preocupante vigencia, pese a que -insistimos-, el mismo tema ha sido retratado casi una centuria atrás por otro grande de la plástica nacional. Dejamos entonces a los observadores de la muestra admirar y reflexionar sobre la reducida selección de obras que del artista Armando Lara Hidalgo compartimos en la presente muestra de la Galería Virtual de las Artes de nuestra universidad y que es un modesto aporte a la historia del arte hondureño y de aquellos artistas que han escrito en ella sus mejores páginas.

Tegucigalpa, MDC, Ciudad Universitaria José Trinidad Reyes, agosto 17 del año 2023 

 


Bibliografía

Silva de Oyuela, I. L. (1999). Morfología y metalenguaje. En catálogo Armando Lara. Comunicación interrumpida. Tegucigalpa: Portales, Galería de Arte.

 

Sombra4

Fotos Evaristo López Rojas y Longino Becerra
Evaristo López Rojas

Armando Lara Hidalgo. Interior I. 1999. Boceto a lápiz grafito sobre papel. 13.4 x 30.6 cm.

Longino Becerra

Armando Lara Hidalgo. Interior II. 1999. Boceto a lápiz grafito sobre papel. 13.4 x 30.6 cm.

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Armando Lara Hidalgo. El tren. 1992.
Armando Lara Hidalgo. El tren. 1992.

Armando Lara Hidalgo. Retorno a la armonía. 2000. Boceto, técnica mixta sobre papel. 48 x 40 cm

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